En el 2004, una sociedad de consultoría francesa, EIM, preparó una relación dedicada a los desafíos que esperará a los dirigentes de las más importantes empresas francesas. Uno de los dirigentes entrevistados fue Patrick Le Lay, entonces presidente y director general de TF1, la principal TV generalista francesa. Hablando del objetivo de la TV, Le Lay contestó que
«Para hacer que el mensaje publicitario sea bien recibido, el cerebro de la audiencia tiene que estar disponible. Nuestros programas tienen el objetivo de volver al cerebro disponible, de entretenerlo, de relajarlo, de prepararlo en el intervalo de dos mensajes publicitarios. Lo que nosotros vendemos a Coca-Cola es la disponibilidad de cerebro humano por cierto tiempo. Nada es tan difícil cuanto garantizar esa disponibilidad.”
Son palabras que han tenido un gran eco en Francia y en el mundo. A pesar de que pongan frente a todos la desnuda verdad, una amplia parte del género humano sigue haciendo lo que Le Lay afirmó, es decir dejar que el control del propio cerebro sea asumido por otros, por mucho tiempo cada día.
Pero también son palabras interesantes del punto de vista de la visión natural. El dr Bates creyó que una visión natural no pueda prescindir de movimiento y centralización. El método Bates choca con Le Lay y sus colegas, ya que nos solicitan una fijeza respetuosa y pasiva frente a la pantalla. Siempre, según el dr Bates, para ver bien hace falta asumir una actitud relajada pero consciente, bien consciente del aquí, del ahora y del entorno que nos circunda, en toda su amplitud, bien más allá de aquellas pocas decenas de pulgadas de LED puestas frente a nuestra cara. Un concepto de relajamiento diferente de lo que tienen en mente los controladores de los medios de comunicación de masas, que a nosotros parece brillarnos más que nada.
La visión, nos enseña el dr Bates, es también y sobre todo una actividad mental. El empleo activo de la memoria y la imaginación respalda una visión clara. ¿Pero qué empleo activo de la memoria y de la imaginación puede hacer quien nada solicitada, si no dejarse domesticar el cerebro en el intervalo entre dos spot?
El método Bates choca contra los dictámenes de un mundo donde los cerebros de la gente están a la venta a los que ofrecen más. El dr Bates nos pide tomar conciencia de nuestras capacidades, del potencial que nosotros tenemos de aprender a ver bien, contrariamente a la opinión de la mayoría escéptica que nos circunda. Su recomendación de fondo es de asumir conciencia de nuestra vida y de ponernos conscientes de nuestras elecciones. Bien diferente del devenir de una masa amorfa de neuronas, acostumbrada a la cacofonía, domesticada y plagiada, que tan de gana el señor Le Lay desea vender a Coca-Cola.
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