Movimiento
Fisiológicamente, el ojo está estructurado para moverse, de modo natural y continuado. Un ojo emétrope hace hasta 3600 movimientos sacadicos cada minuto. Todo lo que nos rodea se mueve con nosotros y en sentido opuesto a nosotros (movimiento aparente). Si reflexionamos sobre nuestras costumbres, nos percataremos de que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo, manteniendo nuestros ojos fijos, concentrados sobre un espacio limitado: la página de un libro, el cuaderno de la escuela, la pantalla del móvil, el ordenador o del televisor.
Pero no es sólo eso, cuando se fija la vista, no se parpadea, se retiene la respiración, se adquiere una actitud rígida. Cuanto más se padece de problemas visuales, el dr Bates notó, que más se manifestaba esta fijeza. La ausencia de movimiento comporta una gran tensión oculo-muscular y a menudo le acompaña un estado de rigidez, un miedo de afrontar cambios y la necesidad de ir a lo seguro. Aquí se padece entonces de náusea, dolor de cabeza y mareo, a causa de la voluntad de parar todo. Es una actitud típica de quien lleva las gafas, en particular de los miopes. ¡En cambio, todo está en movimiento, y lo sabemos al menos desde los tiempos de Heráclito! ¡Todo cambia!